'F' is back: rise against pijamatitis

¿Hay mejor forma de volver a escribir que haciéndolo en pijama con un vaso de vino tinto en la mano? No, creo que no. Les habla Florci Mayer y el título de la entrada me hace sentir adentro de una serie como Pretty Little Liars (déjenme ser friki tranquila). Primero que nada, es medio raro volver a escribir en el blog después de tanto, ¿vieron cuando dicen "mañana me pongo a dieta" pero lo posponen por años hasta que llegan a una etapa de limbo y se encuentran mirando el techo sin hacer nada? Bueno, eso es lo que me pasó a mí en estos años. Sí, dije años. Increíblemente no escribo desde el 2014, cosa que me tendría que molestar más pero mi plan es escribir una vez por semana como mínimo, así que si alguna vez dejo de escribir por un mes, quiero que aparezcan, entren a mi casa a la fuerza, me aten a una silla y no me suelten hasta que no escriba una nueva entrada.

En esta entrada les voy a hablar dos segundos de un problema que me estuvo afectando todos los días desde que terminé el colegio: pijamatitis. Al no sentirme obligada a ponerme el uniforme o vestirme presentable para enfrentarme a otras personas es como que me chupa un huevo todo y me quedo en pijama todo el dia. Déjenme ponerlo así, y esto no se puede explicar de mejor manera que con esta pregunta: ¿vieron cuando se levantan, se pasan todo el día en pijama, se bañan y en vez de ponerse ropa decente se ponen OTRO pijama? Así se siente. Mi goal de este año sería cortar con este estado de "procrastinación" y empezar a hacer algo, incluso los días en los que no tenga nada para hacer. Así sea ponerme a escribir, a dibujar o salir de mi casa, quiero hacer lo que sea, tomar mi tiempo e invertirlo en algo productivo.

¿Qué fue de mi en estos meses que pasaron? Mi vida no cambió mucho: fui a recitales, conocí gente, me alejé de gente, me volví a juntar con gente de la que me había alejado, rendí el FCE, aprobé el FCE, me recibí de azafata, empecé a trabajar en una perfumería-pañalera en la cual mis jefes son mis viejos, aprendí a disfrutar un poco más la vida e hice un par de cosas que vale la pena nombrar, tales como saludar gente desde un puente, correr por Puerto Madero de noche, ir al Museo de Bellas Artes, ir a plazas de noche, volcarme un licuado en la ropa y reírme de eso, pintarme la cara como Bowie, comprar cd's a mitad de precio y quejarme de elecciones de actores para ciertas películas.

En fin, tengo miles de anécdotas para contar pero no quiero hablar sólo de mí, quiero dejarles algo para que piensen ustedes. Nos pasan muchas cosas y sentimos millones de cosas diferentes. Esa canción que te identifica de tal manera que pensás que la deben haber escrito sólo para que alguien como vos estuviera escuchándola en este mismo momento, esa canción seguramente toca alguna vida de la misma forma que toca la tuya. Tu película favorita probablemente es la película favorita de otra persona al otro lado del mundo, con la cual lo más probable es que no te cruces nunca en tu vida pero quién sabe si alguna vez no cruzarán alguna mirada en un tren sin saber todas las cosas que comparten incluso habiendo estado todos esos años en partes diferentes de la Tierra.

Todos los momentos en los que sentís que tener que decir que sí pero decís que no, todos esos momentos podrían haber sido una historia para contarles a tus nietos. Así que pensalo mejor la próxima y si tenés la oportunidad de dar el salto y decir que sí, hacelo. Te lo digo por experiencia, tomá el riesgo y hacé todas las cosas que querés hacer. No te quedes con las ganas. Sacá fotos, tomate el tiempo de escribir detalladamente ciertos momentos de tu vida, aferrate a recuerdos y disfrutalos.

Y ahora, me despido otra vez, pero les prometo que voy a volver a escribir y lo voy a hacer lo más seguido que pueda, y se los prometo con una mano en el corazón (en realidad tengo que tener las manos en el teclado pero pretendamos que tengo la mano derecha sobre mi pecho). Bueno, espero que les de gusto volver a leerme porque yo a ustedes los adoro. Hasta la próxima *les tira caramelos de la selva y besos*