miércoles, 4 de mayo de 2016

Everything's coming up

¿Nunca te preguntaste cómo serían las cosas si hubieses hecho lo que querías hacer en lugar de posponerlo? Yo lo hago siempre. Son el tipo de cosas que te encontrás pensando a solas en la cocina a la madrugada, mientras estás esperando el agua que pusiste a calentar para el té de las 3 a.m.

Pensás en todo lo que no hiciste, todo lo que deberías haber hecho... y lo que no. Pensás en cómo las cosas hubieran sido, qué tan diferente hubiese sido tu vida. Esperando a que llegue el día, el día en el que eventualmente vas a hacer lo que siempre quisiste. Y con suerte, eso te va a traer buenos resultados, a veces incluso mucho mejor de lo que esperabas.

Ese día vas a sentir una sensación de alivio, como si algo que te estaba apretando los hombros te hubiese soltado y se hubiera ido lejos, muy lejos. Empezás a ser plenamente libre. Encontrás tu vocación, tu propósito en la vida, una razón para mantenerte vivo. Lo empezás a compartir con los demás, los cuales son merecedores de poder apreciar tal expresión de libertad. Se te ve sonreír más. Se te ve un brillo en los ojos que nunca antes se te había notado, porque esta vez, en lugar de tener algo escondido, te animaste e hiciste algo para mostrarlo.

Un día mucho más lejano a este, vas a mirar atrás, al pasado. Vas a recordar todos esos momentos en los que te diste cuenta por qué vale la pena estar vivo y poder apreciarlo, porque no muchos lo hacen. Hay que aprender a apreciar cada vez que tu mamá te mira a los ojos con orgullo y sonríe sabiendo que ella es una de las principales razones por las cuales vos estás acá firmemente parado, sonríe sabiendo que tenés un corazón vivo y unos ojos llenos de curiosidad por vivir, unos ojos que buscan descubrir todo lo que sea posible para poder admirarlo de la manera en la que debe ser admirado. Hay que apreciar cada vez que alguien te abraza o te dice lo mucho que significás para él. Cada vez que te reís tanto que te descostillás o te duelen las mejillas. Cada vez que podés escuchar el silencio y sentir la calma y seguridad que transmite. Cada vez que tenés un momento para pausar la vida y mirar a tu alrededor, admirando lo perfecto que es todo incluso aún con lo imperfecto que es.  Todos esos momentos son puros. Aprecialos.

En fin, esta entrada es un poco corta, pero siento que quise decir algo así hace mucho y no sabía cómo. Hace poco empecé a compartir una de las cosas que más me gusta hacer en la vida y estoy recibiendo un montón de reacciones y comentarios positivos. Así que quiero aprovechar para agradecer eso públicamente, incluso si esto no lo lee nadie o lo leen dos personas, sirve porque esas dos personas que lo lean quizás me entiendan, y quizás este breve texto influya en algún aspecto de sus vidas. Así que gracias por leer, les deseo todo lo mejor y los espero acá de nuevo en poco tiempo.